19.7.09

Estudiante, inmigrante o viajero


Benvinguts strangers >>>


Barcelona hoy, es una ciudad que vive y crece para los extranjeros. Los freakies de todo el mundo se pusieron de acuerdo para juntarse en las ramblas. En la infinidad de nacionalidades que pasean diariamente, distingues a grandes rasgos tres tipos de foráneos: los millones de estudiantes universitarios de pre o post grado que vienen a adquirir otros conocimientos pero que la principal lección es la fiesta; los que dejaron atrás entre lágrimas un hogar en otro país en busca de mejores expectativas; y el turista que por visita obligada tiene que venir a Barcelona alguna vez en su lista de viajes a conocer la ruta Gaudí. Rambla, significa el caudal de río; las ramblas que hay en Barcelona son paseos peatonales, que bajan por la ciudad por donde antiguamente pasaban las aguas de los ríos, y en estas calles a cualquier hora que pases te encontrarás con una vida social alucinante.

Los barceloneses agobiados de turistas, caminan por la vereda del frente o por la calle que no hay “guiris”. Algunos más extremistas toman el café solo en algunos bares o solo en algunos restaurantes, espacios donde se sienten tranquilos, lugares propios.

En el centro histórico el comercio se vuelca al turista, pero en las periferias de Barcelona que es donde se aloja el inmigrante, es donde aparece la real intolerancia a la libertad de expresión de las diferentes etnias. El desencuentro de culturas, catalanes cerrados, latinos que no entienden que acá sí hay contenedores para botar la basura o que hacen de las calles su patio, son hechos que provocan segregación y la formación de pequeños ghettos en los barrios. Luego de simples observaciones, te das cuenta que lo que te plantean a ti como un barrio con problemas económicos y riesgo social acá en Barcelona, no tiene punto de comparación con la realidad chilena, ni latinoamericana en general: si solo miras un mapa te darás cuenta que tienen bastantes más espacios públicos; si vas al barrio te encontrarás con un barrio limpio; si hablas con la gente te darás cuenta que en la estructura social las asociaciones toman un papel fundamental para el ocio y tiempo libre de los vecinos. Y piensas… ¿Qué tiene de malo este barrio? Y volvemos a los inmigrantes, la sobrepoblación, y las pocas ganas de integración social. ¿Poco hospitalarios? ¿O cansados de escuchar los problemas del otro?


Barcelona se ha convertido en un parque de diversiones. Los turistas pagan [la entrada] el boleto de avión, mediante un paseo llegan a los hitos arquitectónicos y luego [suben] entran al [juego] edificio. La mayoría de la ciudad es un centro turístico. Se ha convertido en una ciudad tematizada, una ciudad estereotipo, una homogeneización de actividades que no se agota. Esta parece ser la etiqueta de Barcelona, de cómo la ciudad se vende a sus pares, de cómo se proyecta como ciudad comercial, y con cuál imagen se destacará el próximo año; el año del barza, el año de Gaudí, el año de Miró, el año de Picasso (extracto de clases)… Siempre en continua preocupación de cómo se proyecta al exterior. Es algo que todas las ciudades hacen, pero como siempre están los ojos puestos en Barcelona como ciudad cosmopolita y cultural en el imaginario latino, notamos el exceso y agotamiento de oportunidades pero una vez que estas acá. Se ha estirado el elástico a más no poder, una ciudad temática que está creando un modelo de urbe Non-stop, con sombras flotantes bulliciosas alojados en el backstage orinado de la Barcelona bizarra, mentes frágiles que se volvieron locos en una ciudad donde el show siempre debe continuar.


Erasmus o de postgrado, miles de jóvenes de distintas culturas llegan año a año a pasarlo increíble. Esto es inevitable. Un extenso comercio de discotecas y bares te puede llevar a la locura, se necesita venir centrado si no serás uno más de los freakies. De copas y tapas, frase típica que todos hemos escuchado antes de venir, lado A o B…. Me siento segura caminando de noche hasta pasando por el barrio El Raval, conocido como el barrio de inmigrantes “más peligroso” que está en el corazón de la ciudad pero que a mí me encanta. Es una ciudad de 24 horas “on air” donde a cualquier hora te vas de fiesta. La suspicacia y originalidad de Barcelona, la creatividad y locura se siente en el aire, tanta mixtura de cultura muestra su mejor cara y confluye en su mejor expresión: el arte.

La ciudad tiene diferentes actores que se desarrollan en distintas situaciones con inusuales historias de vida. Lo que creo que esta diluido, es la conexión entre las partes, la cohesión social, la integración de los inmigrantes, la unidad como sociedad que debería aceptarse tal y como es: una mixtura de etnias que indistintamente de la situación por la cual se encuentran en Barcelona, podrían relacionarse, solidificarse y tomarlo como un beneficio cultural. En vez de cerrarse, deben abrirse y sin embargo, cada vez más me topo con catalanes hostiles que se repiten una y otra vez, tratando de convencerme con el discurso del rencor de que fueron conquistados como si al otro lado del charco no supiéramos de conquista.

Recomiendo de todas maneras el paso por Barcelona, ya sea como estudiante, inmigrante o viajero. De las tres formas lo pasarás increíble.

La rambla del mar, lugar donde confluyen todos los actores.

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